La emblemática Plaza del Obradoiro es el km 0 para los que se dirigen a Fisterra, y esa sera también nuestra dirección. La plaza es un fiel retrato de los 4 poderes de la ciudad: la iglesia, representada por la Catedral, el conocimiento, plasmado en el rectorado de la Universidad de Santiago de Compostela, el poder político reconocible en el Palacio de Raxoi, actual sede del ayuntamiento de Santiago y la presidencia de la Xunta de Galicia y el Turismo, representado por la joya de los Paradores Nacionales con el Hostal de los Reyes Católicos.

Salimos de la plaza del Obradoiro por la cuesta del Cristo hacia la rúa das Hortas, cruzando las Carretas, que recibe el nombre por ser la calle de por donde salían las carretas hacie el cementerio con los cuerpos de los difuntos que abandonaban el antiguo hospital de peregrinos, hoy Parador de los Reyes Católicos. En la Rúa das Hortas nos desviaremos hacia una estrecha y curiosa callejuela: la Ruela de San Clemente, desde donde podemos observar la parte trasera de la sede del ayuntamiento.

Un conjunto de huertos locales marcarán el camino que tomaremos cerca del Hotel AC, y nos guiará hasta la Carballeira y Pazo de San Lourenzo de Trasouto, mandado construír en el siglo XIII. Un hermoso retorno donde, si es posbile, recomendamos la visita al pazo para ver su iglesia y retablo de mármol de Carrara, así como el misterioso laberinto de bog que se encuentra en el claustro.

Bordeando el muro de la finca del Pazo de San Lourenzo, llegamos a Ponte Sarela, una antigua área industrial rural de molinos y curtidorías, muy importantes en la economía santiaguesa en siglos anteriores que Víctor López Cotelo integró con el entorno. Antes de la Ponte Sarela, daremos con una curiosa zona habilitada con una pasarela de madera que sigue la corriente del río hasta llegar a la carretera de Noita, donde la naturaleza arbolada nos acompañará hasta el barrio de Vidán. Integrándonos con casas, fincas y huertos, pasando por la parte trasera de la Iglesia del barrio de Vidán y por debajo del puente del perifério, es frecuente toparnos con alguna vecina que todavía utiliza el lavadero de la fuente de las dos figuras sin cabeza. Subiendo por el sendero de la fuente, llegamos hasta el Camino Portugués. 

Nos integramos en el Camino Portugués, cada vez más frecuentado por los peregrinos, en un tramo repleto de espesa vegetación que nos conduce a uno de los barrios más queridos de la ciudad, el barrio de Conxo, hasta llegar a la plaza del Campo de Conxo, conocida por acoger el primer sanatorio Psiquiátrico de Galicia. Muy próximo, observamos el Centro Sociocultural Aurelio Aguirre, obra contemporánea del arquitecto Alfonso Penela. 

Fue en el año 1856 cuando estudiantes, considerados en la época como clase alta, se ofrecieron a servir un banquete a obreros y artesanos de la ciudad en un acto de confraternización a fabor de la igualdad, con ilustres asistentes como Eduardo Pondal o Aurelio Aguirre, quien pronunció su famoso discurso. El banquete, celebrado en el merendero de Conxo, situado en la parte trasera del actual sanatorio, trascendió hasta nuestros días y todavía se sigue celebrando en el que hoy se conoce como Banquete de Conxo. El espacio natural, recientemente restaurado, cuenta con milenarios robles y está delimitado por el río Sar. Un idílico entorno que nos traslada a la época del acontecimiento.

Tras desviarnos por el Banquete de Conxo, cogemos un atajo por un pequeño sendero en la zona de Ponte Pereda y nos situaremos en la periferia del parque Eugenio Granell, antigua Finca del Pajonal. Siguiendo el paseo del parque, nos adentramos en las Brañas de Sar, que recorreremos hasta llegar a la famosa Colegiata de Sar, pisando ya el trazado de la Vía de la Plata.

Ascendiendo por el barrio de Sar, tomamos el desvío en dirección al parque de Belvís, un gran espacio verde en pleno casco histórico, tras el cual nos incorporaremos al Camino Francés. Desde el curioso y enrevesado laberinto de arbustos de camelias podemos ascender al mirador de Belvís para disfrutar de una particular panorámica de la "zona vieja", y que pone a nuestras espaldas el Seminario Menor, el Convento de Belvís y una inédita arquitectura contemporánea de John Hedjuck, maestro de maestros de la arquitectura de vanguardia, con el Centro Sociocultural A Trisca. 

Nos encontramos en pleno corazón del Camino Francés, en su entrada al Casco Histórico de Santiago. Desde la popular Rúa de San Pedro, accedemos al parque de Bonaval por la entrada principal. Una estatua de Chillida enmarca el casco histórico, el agua fluy por todo el parque y nadie se sorprenderá si ve a niños jugar entre los antiguos nichos del cementerio de Bonaval. Un espacio que ofrece tranquilidad y alberga una buena panorámica de la ciudad desde su punto más elevado. Cruzamos la puerat del punto más alto del parque para seguir el sendero que conduce al parque de la Almáciga.

Antes de dirigirnos al Parque de la Almáciga, la colina más alta del casco urbano, podemos echar la vista atrás para observar dos hermosas panorámicas: la primera, del casco histórico y la segunda, de la Ciudad de la Cultura y el Pico Sacro. La Almáciga es otro conocido barrio compostelano, donde pequeñas casas bajas todavía se mantienen en pie y hacen un stop al paso del tiempo y la modernidad.

Estamos ya en la útlima etapa de nuestro Camino particular y nos unimos al Camino Inglés al salir de la Almáciga, junto al edificio de la Xunta de Galicia y problablemente nos encontremos de frente con los peregrinos que llegan a Compostela recorriendo el Camino Francés, el más transitado de todas las rutas disponibles. Antes de encontrarnos el carte que indica la entrada en la ciudad, llegaremos a nuestro km 0: el Palacio de Congresos.