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Cartografías del Camino de Santiago: el Juego de la Oca
Algunos peregrinos preguntan a veces por la etimología de los pueblos que se cruzan a lo largo de Galicia. Aún es un misterio para muchos porqué hay una “Muxía” o un “Camariñas”, desde dónde evolucionó y qué quería significar. El origen de los nombres de los pueblos antiguos está en su disposición en el terreno: antes de los mapas detallados, cuando el GPS no era ni una idea de brujería, la gente nombraba a los sitios para distinguirlos de otros. La lenguas eran mapas para quienes sabían los códigos. Los mapas secretos se sofisticaron con el paso de los milenios y cualquier ruta conocida durante los años heroicos de la Edad Media disponía de mapas oficiales y de aquellos un poco “crípticos”. Entre las cartografías del Camino de Santiago destaca, sobre todo, el popular Juego de la Oca.
¿Quién no ha pasado buenos ratos de tardes lluviosas viajando sobre el tablero del Juego de la Oca? Pero el origen de este antiquísimo pasatiempo puede estar relacionado con la ruta jacobea.
La estructura del juego se encuentra en restos arqueológicos antiguos: las excavaciones del palacio de Creta del siglo XIX nos enseñaron en Disco de Phaistos, que tiene una estructura circular: es un disco de arcilla de 16 cm de diámetro 2,1 de espesor. Ambas caras del disco contienen una espirales que están divididas en 30 y 31 casillas en las que hay grabadas imágenes.
Encontramos en el medievo una adaptación de este juego con unos protagonistas conocidos: la Orden de los Caballeros Templarios. La famosa y extinta orden mataba los tiempos muertos jugado al Nautilus, un pasatiempo de mesa muy similar a la Oca. La popularidad de este juego no se debía a su emoción, de hecho, las reglas de la orden prohibían los juegos de dados o el ajedrez. El porqué de este tablero se encuentra en las imágenes que lo decoraban: cada grabado de las 63 casillas era un mapa criptográfico del Camino de Santiago.
Hasta su caída en desgracia, persecución y aniquilación, la orden de los Caballeros Templarios hacía de guardián del camino a Jerusalén. Los templarios también cuidaban de la seguridad de los peregrinos a Santiago porque durante la Edad Media muchos de sus tramos no se ubicaban en dominios cristianos.
¿Pero era realmente un juego? Cabe pensar que se usaba como una guía del Camino de Santiago. Este manual encriptado tomaba como referencia los carteles y marcadores que los maestros constructores colocaban en castillos, fortificaciones e iglesias a lo largo del Camino. Aunque no se conservan las referencias que propiciaron los grabados del Juego de la Oca, sí entendemos que las ilustraciones componen un jeroglífico conocido por toda la Orden, y que permitía un entendimiento a todos los caballeros de la Orden, independientemente del idioma de cada uno.
Era importante que el código pasase desapercibido y que un templario no tuviese que ir cargando con un tablero a lo largo del Camino, por lo que es probable que los símbolos recogidos en el tablero fuesen las marcas en edificios e infraestructuras que dejaban los Maestros Constructores. El tablero serviría para enseñar al iniciado: símbolos sencillos que no despertarían sospechas entre los profanos y que, al tiempo, serían fáciles de recordar.
¿Cuál era el contenido secreto de la Oca? Atribuir un significado concreto sería especular. Además, es muy posible que la validez de la información trasmitida haya caducado. Aún así, los expertos asocian algunas casillas con localidades del Camino, como la del puente con Puente La Reina.
La búsqueda de los símbolos templarios ocultos en el Juego de la Oca aún está abierta.
¿Identificaríais casillas con localidades?
¡Buen Camino!
Foto de gibralfaro.uma.es y minimundos.wordpress.com