Segundo L. Pérez López
Deán de la Catedral de Santiago de Compostela
Deán de la Catedral de Santiago de Compostela desde el año 2013, Archivero-Bibliotecario de la Catedral de Santiago y profesor del Centro Agregado Teológico de Santiago de Compostela dependiente de la Universidad Pontificia de Salamanca.
Es licenciado y doctor en Teología y licenciado en Filosofía por la Universidad Pontificia de Salamanca. Amplió estudios en el Instituto Francisco Suárez del Consejo Superior de Investigaciones Científicas(1979-1983) en Roma como becario del Centro Español de Estudios Eclesiásticos, anexo a la Iglesia de Montserrat, realizando cursos en varias facultades romanas y como investigador en el Archivo Secreto Vaticano (desde 1982 a 2011).
Ponencia: Camino de Santiago y Patrimonio Religioso ayer y hoy
El impulso inicial de toda peregrinación cristiana medieval lo proporcionan la devoción a los cuerpos santos y la fe en el milagro; que, en los siglos centrales de la Edad Media, potenciarán el camino de Santiago como privilegiada vía sacra. Dado su carácter multifuncional, el camino de Santiago también será vía de comercio e intercambio, de estrategia política y militar. A ello hay que sumar, desde la óptica de la historia del arte, la difusión a lo largo del Camino de Santiago de ciertas características estilísticas, tanto de Francia a España como en la dirección contraria.
La evolución de la peregrinación jacobea durante la Edad Moderna hasta finales del siglo XIX fue negativa, incluso se desmanteló toda la red de asistencia al peregrino. El punto de inflexión de esta decadencia hay que situarlo en las últimas tres décadas del siglo XIX, cuando se realizaron exploraciones para buscar los restos del Apóstol Santiago. En 1879 se hallaron las preciadas reliquias, que serían colocadas en la nueva cripta construida bajo el altar mayor de la basílica e inaugurada mediante la celebración de un año santo extraordinario en 1885.
Los nuevos medios de comunicación como el ferrocarril, el automóvil y el avión en la segunda mitad del siglo XX hicieron que el viajar no fuera ya un sacrificio, lo que hizo que la ciudad del Apóstol se convirtiera en una de las metas preferidas de un nuevo tipo de “viator”, en el que resulta muy difícil distinguir qué es “peregrino” y qué es “turista”. Todo ello, junto a la labor llevada a cabo por múltiples personas, como el arzobispo José Martín de Herrera, el también arzobispo y cardenal Fernando Quiroga Palacios o don Elías Valiña Sampedro, así como por las numerosas Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago, permitió la reactivación de la peregrinación jacobea, alcanzando sus momentos culminantes en los últimos Años Jubilares.
Noviembre
