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Hagelien da inicio a su ponencia transmitiendo sus conocimientos acerca del origen del Camino, en el que Olav; reputado jefe vikingo, fue enviado al mar en plena juventud para aprender las artes y conocimientos del mundo vikingo, tarea que llevó a cabo con facilidad, viajando a lo largo del mundo y reuniéndose con gran número de personalidades. En uno de sus viajes conoció el cristianismo a través del Duque de Normandía, adoptándolo como su religión. Fue en su regreso a Noruega cuando lo proclamaron rey y decidió impulsar su religión, uniendo el país bajo una nueva legislación cristiana. El rey Olav viajó a lo largo de Noruega para llevar la cristiandad al norte y al interior del país, su visión unitaria del mismo lo llevo a grandes enfrentamientos, que provocaron su exilio. Después de dos largos años Olav regresó para enfrentarse a sus enemigos en una gran batalla, en la que finalmente pereció. Sus hombres ocultaron su cuerpo y lo trasladaron a la iglesia de Trondheim, donde fue enterrado. Tras su muerte se decía que su cabello y sus uñas continuaron creciendo, otorgando a Olav el origen de diversos milagros, que lo llevaron a ser proclamado santo en 1032. Desde entonces, peregrinos procedentes de todos los lugares del mundo iniciaros su andanza con el fin de alcanzar la tumba del santo vikingo.

Por otra parte, Hagelein destaca la importancia del desarrollo del Camino, que en un principio constituía un viaje peligroso de terreno complicado, pero que a lo largo de los años fue evolucionando, a través de la construcción de la catedral y de diversos albergues que poco a poco lograron forjar un Camino seguro y estable.

Finalmente, recalca el papel de las autoridades en la financiación del proyecto de impulso del Camino, así como la buena labor llevada a cabo por voluntarios y trabajadores, que hacen posible un trabajo impecable en todos los ámbitos, especialmente en la señalización, permitiendo a los peregrinos llevar a cabo un viaje excepcional en el que reflexionar y descubrirse a sí mismos.